Jorge Manrique





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Personalidad

ni miento ni m'arrepiento...


Apasionado pero reflexivo...

«D. Jorge es apasionado por naturaleza, pero impone la solución reflexiva a su pasión, el autodominio. Su orfandad de madre, la arrolladora personalidad del padre, su fracaso amoroso, su complejo social le han empujado a poner distancia entre el corazón y la realidad».

Antonio Serrano de Haro [1975:347]

Valiente...

«guerrero esforzado, perito en la ciencia militar y muy afortunado en los combates».

Alonso de Palencia [1904:IV:372], citado por Antonio Serrano de Haro [1975:187].

«caballero animoso y afortunado en los combates». «como se le consideraba el principal en la ejecución, y jefe frente al enemigo le infundía espanto con su natural fortaleza, siempre el Prior le encargaba sus tropas».

Alonso de Palencia [1904:II:361], citado por Antonio Serrano de Haro [1975:179].

«Jorge Manrique, que con asiduidad invocó a la muerte y manifestó desearla, a la hora de morir se vio que no la esquivaba, sino que con las armas la cortejó igual que con la pluma».

Antonio Serrano de Haro [1975:362].

Estoico...

«La doctrina que más sostenidamente informa la poesía manriqueña es la estoica, la que exalta la personalidad humana frente a cualquier limitación que no sea voluntaria».

Antonio Serrano de Haro [1975:349].

Desengañado...

«En las Coplas pasa revista Jorge Manrique a las manifestaciones más externas de la pompa mundana: la hermosura, la juventud, el linaje, el estado, la riqueza, el poder, las hazañas. Ascéticamente va desmontando una a una estas apariencias. En el análisis de su fragilidad cree uno sentir las rotas esperanzas de Jorge Manrique, su juventud perdida, su linaje menospreciado, sus servicios y los de sus familiares mal retribuidos, las hazañas oscurecidas».

Antonio Serrano de Haro [1975:349].

Pensativo y atormentado...

«En su Infierno de amor, Garci Sánchez de Badajoz, algo más joven que D. Jorge, presenta a los poetas más célebres de su época. Cada uno aparece levemente ambientado y recita un pasaje de su propia obra erótica. Son retratos borrosos; los vemos sin personalidad desde nuestra distancia. Y, sin embargo, en el de D. Jorge creeemos encontrar fidelidad y animación:

	Don Jorge Manrique andaua
	con gran congoxa y tormento;
	de pensar no se hartaba,
	pensando en el pensamiento
	qué pensar más le agradaba.

La reiteración sobre el radical pensar no parece que tenga un simple valor retórico. Es D. Jorge el único de los treinta personajes retratados en que se emplea el procedimiento reiterativo. Y la fuerza que la anáfora origina se concentra sobre un término como "pensar", reposado y profundo, cambiándolo de naturaleza, haciéndolo vibrante y apasionado, definidor. En el retrato de Garci Sánchez de Badajoz, D. Jorge no se muestra simplemente pensativo sino atormentado por su vida interior y sumido en su crisis intelectual. Garci Sánchez de Badajoz sufrió la influencia de D. Jorge, como su cancionero demuestra, y es probable que lo conociera personalmente. Si, no obstante, la descripción que hace de nuestro poeta no hubiera de imputarse a su propósito manifiesto de caracterizarlo y a un conocimiento directo y personal, nosotros la adoptaríamos como un acierto fortuito».

Antonio Serrano de Haro [1975:344].



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Fecha de creación: 2000-04
Última actualización: 2008-11-14
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