«El mundo femenino derrotaba a D. Jorge, le daba una
inseguridad que acusa toda su poesía amorosa, hecha de reproches, de
premisas lógicas exasperadamente humilladas. Su fe, su
discreción, su constancia no obtuvieron nunca galardón.
Seguramente le faltaba atractivo. Sobre esta tortura, la Copla XVII de su elegía cae
como una guirnalda refrescante y espléndidamente vana».
Antonio Serrano de Haro [1975:95].